sábado, 16 de noviembre de 2013

Querida yo durante mi año au pair:

¡Cómo me gustaría saber ahora cómo te está yendo! Sabés la ansiedad que siento en este momento, sabés que el 98% del tiempo estoy pensando en lo que vos estás viviendo, sabés que me la paso planeando, deseando, esperando, contando, imaginando. Sabés también que tengo miedo de equivocarme, sabés que a pesar de estos miedos tome esta decisión. Pero no te escribo esta “carta” por las cosas que ya sabes, te escribo por las cosas que podés olvidar. Te escribo para que te acuerdes de lo que pienso en este momento, porque cuando pasa mucha agua abajo del puente una puede olvidar. Ojalá esto te sirva, querida yo, asi como a cualquier otra persona que lo ande necesitando.

Esto es lo que me gustaría decirte:
 
No te rindas.
 
Viniste con objetivos, no los olvides!
 
Acordate que en casa esta todo igual.

Acordate que tenes gente que te ama y te apoya, gente que confía en vos, que cree que podés hacer mas de lo que vos misma crees. Acordate de no desilucionarlos.

Acordate que está bien bajar la guardia y mostrarte débil. Esa gente que te apoya tambien va a estar para darte ánimos y sobre todo consejos.

Acordate que ahora, yo se que va a haber momentos malos, acordate que pasaron muchos momentos malos, y que siempre pasaron y se fueron, y que siempre aprendiste algo de ellos.
Acordate que todos los dias sale el sol, aunque a veces no lo veas. Buscá esas pequeñas cosas que te hacen feliz.
 
Acordate que sos mejor de lo que crees, no seas tan dura con vos misma.
 
Acordate que somos todos humanos, y los humanos cometemos errores. 

Acordate que cometes mas errores de los que te gustaria. 

Acordate de pedir perdon.
 
Acordate de perdonar.
 
Acordate que antes que buscar culpas hay que buscar soluciones, no te enrosques en los problemas.

Acordate que no se puede controlar la mente con la mente y al cuerpo con el cuerpo, sino al revés.
 
Acordate que el mejor solucionador de problemas es el de arriba, dale las cosas a El y relajate. 
Acordate de buscar en tu caja de herramientas, esa que viniste llenando de a poco, con paciencia y con golpes.

Acordate de leer esta carta cuando te olvides de todo lo demas.

Y por último, aunque no seas fan de las cursilerias: que tus sonrisas sean baratas y tus enojos caros, y como dice Silvia Freire: LUCITE.

                                                 Con todo el amor del mundo,
Yo, antes que empiece toda esta locura.